"Lo
importante que hay que recordar es que las leyes deben escribirse en relación
con las acciones, no con la tecnología [...] Las actividades como el fraude y
la pornografía infantil son ilegales en línea y en la vida real.
No me gusta la idea de que
alguien controle el tipo de información a la que puedo acceder.
La decisión de la
información a la que los adultos pueden acceder o no es cosa suya".
“Este principio era la
esencia de las disputas de la Primera Enmienda sobre la constitucionalidad de
las leyes de censura de Internet. En 1996, el Tribunal Supremo de Estados
Unidos rechazó la ley de censura, pero en 1998, el congreso propuso otra ley de
censura.
En esta época ya se
hablaba que los gobiernos represivos podrían usar programas como el PICS para
bloquear comunicados sociales o políticos en la Web que el gobierno no quisiera
que se leyeran, y que el Consorcio Web W3C no debería emitir reglas PICS porque
permiten a una persona o grupo almacenar sus preferencias en un disquete y
dárselos a otra para que lo use.
Hablando de los vínculos
normales y respaldados ya en 1999 podemos leer que había tres mitos colados en
la “sabiduría popular” de la Web y cómo deberían ser interpretados. Menciono
uno de ellos.
Mito 1: “Un vínculo normal
es una incitación a copiar el documento vinculado de un modo que infringe el copyright”.
Seguido viene la interpretación.
La capacidad para referirse a un documento (o a una
persona, o a cualquier cosa) es un derecho fundamental del libre discurso. Hacer
una referencia con un vínculo de hipertexto es eficaz, pero no cambia ninguna
otra cosa.
La libertad de la que
habla el protagonista de estos dichos siempre está en consonancia con las leyes del copyright.
Esto fue escrito a fines del siglo XX por Tim
Berners - Lee, más precisa, en 1999.
Hoy en enero de 2013
hablamos de una persona que se suicida por ser señalada por el estado como las
brujas en la edad media, cuando el soberano hacía morir y dejaba vivir. Hoy los
gobiernos hacen vivir y dejan morir.
El estado y el bullying
La muerte de Aaron Swarz
disparó twitter con el hashtag #pdftribute el domingo 13 de enero luego de
conocerse su suicidio.
Proliferaron
cantidad de artículos sobre su práctica como hackactivista y las consecuencias de
la misma dentro de las relaciones de poder que sustentan la propiedad
intelectual como una forma en las que aparece la propiedad privada.
La Sociedad de la
Información, que tanta referencia hace a la inclusión y el achique de la brecha
digital, se cobra una víctima más que se diferencia de las que mueren en la
minas de Coltán solo por sus condiciones materiales de existencia pero que
vuelve a poner en el tapete que el capitalismo: mata Este en versión virtual
que termina siendo material.
Una jueza en el estado de Massachussets,
que retira cargos por la muerte pero no hace caso omiso a la acusación ni a la
pena, los 35 años de prisión y la multa de 1 millón de dólares a los que debía
hacer frente este joven de 26 años, con una mente que desde el Estado, garante
del copyright, incitaron a que no brillara más, hace aparecer la figura del
acoso y la persecución ideológica y política.
Es por eso que recurrí a la Licenciada María Zysman, directora de la fundación “libres de bullying” para aclarar un poco las cosas. Creo que la duda que me generó a
mí la clasificación de bullying en este caso de suicidio, bien vale la pena
despejarla con una experta para no desparramar discursos confusos, más de lo que
ya, a veces, provoca la Web en estas situaciones. La velocidad con que todo
sucede, pareciera, obliga a escribir con cierta liviandad que no permite reflexionar: como si hubiera que decir todo ya para no quedarnos afuera, para ser los primeros.
Entrevista
CV Ayer ha circulado que
el suicidio de Aaron Swartz fue provocado por bullying y me pareció que algo no
me cerraba al respecto en relación al estado y es por eso que recurro a vos…
¿Podrías aclararme un poco
esto?
MZ Hoy en día se comienza
a desvirtuar el uso del concepto desde que apareció de la mano de Dan Olweus
que definió el bullying como maltrato entre alumnos. Es el acoso sistemático,
reiterado, silencioso, entre pares en la escuela. Puede ser verbal, físico o
excluyente socialmente pero siempre CON INTENCIÓN. Es entre pares alumnos y en
la escuela no entre maestros.
Espero que les haya
aclarado como a mí que no se puede llamar bullying a la persecución sufrida por
Aaron Swarz. En todo caso sería la aparición de una conceptualización que
estaría cercano al acoso estatal
sistemático.